martes, septiembre 05, 2006


"la muerte no escribe a nadie
porque se asusta cuando te escribo"
alberto muñoz




Ciudad tatuada

En Caballos de arena, un cuento antiguo cruza la urbe moderna: una mujer con rango de tatuaje se desdibuja y se dibuja en la pizarra de la noche. Su monólogo es la crónica de una orfandad. Una selva de presagios la rodea, y en barajas, runas, y signos cabalísticos, encuentra huellas del acaso.
La soledad es aquí sinónimo de cacería. Desde la ventanilla de un vagón de subte tomado al azar, deletrea grafittis pintarrajeados en la sombra. Busca vestigios de ella misma, señales de una infancia, estelas de un amor. Dice: “corren tras de mí las mujeres que fui/ la niña de los animales de papel,/ la tatuada con las ramas del sol/ la que espía dentro de la música/ la que no abre los ojos porque sabe que no hay ya que mirar/ todo es huir”.
Marisa Negri instala el qué de la errancia en el dónde de la ciudad y el cuando de la noche. Desde unos hierros retorcidos , desde esos paisajes urbanos (así titula uno de sus poemas), lanza sus postales: “apenas unas palabras cosidas a la sombra/ viajes, vinos baratos, pibes tristes/ cruzan tribus de cemento/ por esta música rota”.
La de andar errático entona un largo blues para abrigarse (“hace frío en vos”) ya la música salpica el paso de estos Caballos de arena con textos que semejan letras de rock -como “Maldito sol”-; en el walkman suenan intérpretes varios: El Indio Solari, Caetano Veloso, Alberto Muñoz
La autora empalma imágenes de gran factura sensorial, se percibe una textura, una humedad, un aroma entre susurros y colores. Original es esta voz que cobra espesor entre un expresionismo al uso de Elise Lasker-Schülerel y la textura onírica de Olga Orozco. Escribe Negri: “Respiro viento/ las fieras del circo crujen a mis espaldas/ atravieso pantanos con los puños cerrados/ sangre y flores de sangre/ poemas amarrados con hilo de coser/ agua oscura/ donde flotan mis máscaras”.
Uno de los personajes de este libro, ligado al temor a lo que está al acecho, es la noche. La noche espectral de García Lorca que “abre sus fauces” en un clima de pesadilla. Un sentimiento de desamparo completa la escena: “estamos solos/ arrastrando cadáveres de tiempo”, soledad cazadora, que coloca trampas aquí y allá, que le va pisando los talones a la dicha.
Una suma de embrujo, seducción, encanto, conjuro y sortilegio, acontece en tatuajes grabados en animales de arena y que, con cada ola, se vuelven otros. Todo sucede en la cuerda del sueño; allí las visiones y sus encajes, voces enhebradas que dicen: “la culpa es un ciego animal de costumbre/ una bestia de carga” (...) “los días arrancarán mi nombre/ con la mano de la tristeza/ que es la mano de un dios desconocido” (...) “mi vida no se junta con tu muerte”. Imágenes rotundas que, en pasajes, revelan una unidad contingente, una lucha de contrarios: “saber que somos aliado y enemigo” (...) “tumba y útero navego”.
Desde la pulsión amorosa, una cifra oscura resulta del despojo: “la herida llama a su verdugo”, y otra muy distinta de aquello que es entrega, eros , arrebato: “un instante antes/ de convertirme en tu tatuaje/ molde de tu sed (...) salpico de huracanes los límites del cuerpo” (...) “.... y lo arrullo despacio/ en la selva perdida de tu voz”.
Existe un talismán escondido en un sueño con doble fondo, tras una canción tarareada al descuido, en un arcón de “llaves herrumbradas/ plumas perdidas, muelles rotos”. En un presente de nostalgia, una mujer se desdobla para desorientar al cazador. Sabe que en donde se detengan los pasos, hay que encender un fuego.
Jorge Boccanera
I

tatuajes

a Juan Cruz y a Pablo
que fueron creciendo
con este libro y conmigo



línea b

vestida de soledad la noche abre sus fauces
mastica lo que queda de vos
lo arroja con furia en las vías del subte

pasó el tiempo
en que quemabas tu voz con preguntas

mirarte en el espejo cada día
es un tibio rencor
la noche vuela en tu cabeza
te pide de lo que no tenés

otra vez el alambre tiembla bajo tus pies
las pesadillas mojan tus sábanas de amar
el público espera el veneno que vendrá a devorarte

otra vez
las migas de tu cuerpo
penden de un solo pie

preferís cualquier cosa
a dejarte caer sobre la red

muros

todo lo que duele resbala dentro de este blues
bessie va arrastrando ángeles muertos y perros vagabundos
en otro lugar mi hermana con la memoria amordazada
inventa rituales para no sangrar
escapa de los miedos tatuados

no puedo cuidarte de tu sombra
suavizar la crueldad del espejo
puedo estirar mis dedos abrazarte tristezas

sin que la noche sea menos miedo
sin que el miedo sea menos noche

de este lado
las paredes se tambalean

paisajes urbanos

perfume al filo del dolor
así, invisible
indio solari


apenas unas palabras cosidas a la sombra
viajes vinos baratos pibes tristes
cruzan tribus de cemento
por esta música rota

un clip en mi cabeza tantos pibes sin ángel
el gato se deshizo bajo un colectivo enfurecido como éste
( justo ahora que se había puesto las pilas me dijeron)

sube por los peldaños la perra noche

arrastrando señales de otro mundo
escorias amarradas a la cintura

triza los diarios sucios del andén
esta poesía está por escribirse

tamiz

escribo digo escribo miento,
nadie sabe lo que a sus pies me pisotea

louis aragon


escribimos
para asesinar el silencio

estamos solos
arrastrando cadáveres de tiempo

la batalla de los días
nos despoja de sueños inocentes
rompe nuestro corazón
como una ola


sólo queda buscar
un lugar apenas tibio
donde las zarpas
todavía
no alcancen

maldito sol


yo nací un día que dios estuvo enfermo
césar vallejo


maldito sol
encendés tormentas
en el filo de mi cuerpo
mi corazón salado
nada sabe de barcos
sólo del amuleto abandonado
en la puerta de nadie
del húmedo furor de la palabra
crepitando en la horca
caen días rabiosos
sobre el pan deshecho de la infancia
maldito sol
sumerjo la cabeza
en el hastío de mi nombre

requiem

está muerto
su sombrero custodiado de flores
se opaca dentro de la noche
el pasado
se pegó un tiro silencioso
sobre sus manteles desayunados
un carruaje de hojas muertas
algunas cartas grises y una niña
van a su cortejo vestidos de blues
los amigos repiten chistes viejos
la niña se desata las trenzas
se echa a volar

otra orilla



como garra de puma es esta pena
olga orozco


la palabra
una dentellada en la intemperie
tu nombre oscuro como una casa muerta
devastación de ceremonias
nos acechamos desde invencibles armaduras
¿qué tarde nos embarró el deseo con todo este veneno?

en tu mirada se agrieta la memoria
arde reseca la piedad
nada hay en mí que se asemeje a la tristeza o al amor
los perros secos del olvido me lamen las heridas

mirando dentro de un sueño

baila en un pie
y despierta
con los puños cerrados

postales de un sueño
respiro viento
las fieras del circo crujen a mis espaldas
atravieso pantanos con los puños cerrados
sangre y flores de sangre
poemas amarrados con hilo de coser
agua oscura
donde flotan mis máscaras

no tengo boca solamente estas manos girando en el vacío
si consigo gritar
podría despertarme
con los puños cerrados

cacería

todas las cosas van siguiendo mis pisadas
ladrando desesperadamente
como un acompañamiento fúnebre mordiendo
el siniestro funeral del mundo

pablo de rokha




profundísima brecha
en donde una niña cautiva respira en el papel
tengo-todos-estos-años-y-todas-estas-muertes
(repite ciega de ternura)
no cedió su muñeca al diente del reloj
y ahora
las sombras de lo que no tuvo le enjuagan la boca
pero nada se salva en el final
cazador es el tiempo
afilando el puñal de la costumbre

circe


a vivi araujo


tendida sobre el racimo de la tarde
desanda el más acá de la muerte
huele a violenta denuncia de árboles
que respiran el día
tensa el arco y dispara como puentes
sus dedos brillantes

no temen sus labios al rubí de la noche
arquea entre las piernas el cuervo blanco del sol
en el rostro tutelar del pasado
olvida su enmaderado corazón
cuando la humedad de su vientre
y el cereal profundo de sus ojos
vuelven de la tristeza

II
akhasha

a olga orozco y luis alberto spinetta
futhark


una copa de agua para la cabeza de mimir
la vela azul
no lleves nada de metal
no duermas con el viento norte sobre la frente
ahora sí una a una las letras de tu nombre
escucha a tu sombra antes de hablar
nada se puede hacer
si el fuego se consume

dentro de tu corazón asoma el caballo del día
un río de pájaros despierta
alguien hace música en tu cuerpo
el consejo del oráculo es rad
esta vez el viaje no puede compartirse
no apresures la unión de cielo y tierra

el hijo de is viene detrás
su lanza encendida se desangra
no intentes el poder
la batalla es desapego del mundo
saber que somos aliado y enemigo
que siempre es el principio

la batalla es adentro

fenrir



uno entre todos un día será
quien en forma de monstruo
a la luna devore
edda mayor 40-3/4

fénrir
el lobo con la sangre del cielo
o el animal de gubbio
o el ojo amarillo de gmork

tantos lobos

los lobos de adentro
como la propia piedad
la detestable caridad para sí
los argumentos

de nada sirven las palabras
cuando el lobo
se disfraza de cortés
de buena gente

un beso es un colmillo
con su garra de niebla
te arranca el corazón

tarde o temprano el tiempo pasa
toda intemperie
es cicatriz

uruz

hurgo
los pliegues tersos de la noche
un instante antes
de convertirme en tu tatuaje
molde de tu sed
escanciando los fuegos
salpico de huracanes los límites del cuerpo

cenizas de inocencia alumbran este juego
donde habito
disfrazada de loba

nauthiz

sin sentido
como el blues
que desata la lluvia
o el espacio
de tu mano dormida
en mi espalda
sin caminos
que lleven a tu nombre
sin opciones

como las flores que arrojo al río

arcano 18:la luna

atravieso pantanos del barro a la sangre
del río profundo hacia la luz
tumba y útero navego
sombra y plata
bebo heridas en la noche del alma
raspo mis nombres en la vaga telaraña del sueño
gime la loba
un perro manso me lame las llagas
respira el miedo que habito
el embudo del loco en las líneas de la mano
apenas latidos bajo el hielo
nada más profundo que este mar
tiempo ciego tras el caparazón
lo que te pertenece fluye hacia vos
luna de alumbrar
el viaje de regreso

akasha



es un vuelo limpio
entre túneles a contraluz
que se estremecen con la noche
luis alberto spinetta

a maría julia y jorge l. raff

¿qué caminos desde la violinista de praga
a estas manos grises?
¿qué miradas desde este buenos aires yermo
al tablao andaluz?

ir gradualmente despertando sentidos
sacando la cabeza del agua
mordedura de cobra
recordaciones de otras vidas
ovillan un principio
sostienen este aliento hasta la última vez

¿quién soy en este mar de rostros humedecidos de fiebre?
¿qué puentes debería cruzar
para verme limpia en el espejo
y atravesar la puerta detrás de la montaña?

viajo entre nombres olvidados
de hombres y mujeres que fui
laberintos del alma
cabalgan sobre un tigre

nornas

delicadamente se cierran los pétalos de la noche
el mundo late aún bajo la marea del sueño
donde barcos encendidos respiran el sonido del mar
y alguien canta su rostro en el espejo
y otro se mira nacer y otro
estira sus tristezas al sol
hay quienes barren las sombras de un adiós
o esconden debajo de la alfombra un amor sin usar

tres viejas
tejen el momento en que el hilo comenzará a temblar
cede una hebra y uno traga cuarenta pastillas
dos hilos se anudan y
crecen países dulces a la orilla de una cama

yo escribo en la música de una casa dormida
para hilvanar mi nombre

el resplandor



todo lo que se necesite para arder será dado
hexagrama XXX: Li (El resplandor) I Ching



hubo árboles que hicieron la tierra a fuerza de raíz
en el momento de la madera
los cien granos del emperador amarillo florecieron

julia también lo vio
las manos de su padre en la isla juncal
escribieron la tierra como dios

luego se trazaron los caminos que no sabemos seguir
el agua de los ojos tiene sal las bocas muerden fuego
párpados adentro trituramos el sol


el kin del emperador amarillo percute en la oscuridad
su cadalso es real, es real la humedad y la sangre
pero
pulsa las cuerdas y su mente mora entre los bosques y los ríos
el canto viene del futuro con la luz del sol poniente:
cierren los ojos para ver el fulgor

mutaciones

soy otra
que apenas se intuye

soy la misma
que descree de lo dicho


soy otra
soy la misma

casandra



no veía nada de malo pues no tenía ojos,
no escuchaba nada de malo pues no tenía oídos,
pero me vengaré
julio cortázar


creí saber el nombre de las piedras
el callado secreto del sol
el color de todas las mareas

soy
un niño alucinado por el fuego de la aldea
pájaros grises colgando de mis ojos
un anciano derviche guiando caravanas polvorientas


no sé nada
el insomnio abrió la noche de un tajo
mi ojo izquierdo dejó de dormir
la herida llama a su verdugo

lunes, septiembre 04, 2006

thorn



a daniel comas

el hombre de la máscara negra
muerde mi dolor
cierne la rabia en cuencos de sangre

y no puedo asirlo
y no quiero soltarlo

cuerpo a cuerpo
con astillas feroces en los ojos

y no quiero mirar

el oro desvanecido de su rostro
la mueca impávida al acecho

y no me pertenece

corre sobre la piedra imposible
canta la retahíla tediosa del hospicio
huele a rancio
a todos los vinos olvidados
andenes yermos
voces ahogadas en pañuelos blancos
tregua y despedida

el hombre de la máscara negra
se destiñe de humedad
oxida el aire con besos sin pasión
murmura en los rincones
tumbado a mi lado llora
sombra tras sombra me asesina

el hombre de negro enmascarado
cruza la puerta en la montaña

su máscara soy yo

oficio mudo

III oficio mudo
a jorge boccanera
laura yasán y
álgebra y fuego


oficio mudo

La poesía huye del centro del abismo
corre sangre tinta marcas que lastiman la piel
es un oficio mudo
gritar palabras que nadie comprende
olvidarme los colores de tu boca
apagar los huesos hasta que mis manos dejen de temblar
ni el olvido se consigue durmiendo
se detiene dentro de un círculo azul
dejo de girar a tu alrededor
dejo de perderme
y es en el lenguaje donde respiro todavía
la vida es una larga cadena de errores
de cuentas sin pagar
pronuncio ritualmente cada palabra
me encierro en la escritura
nado en ella con los ojos al revés
ruidos adentro y este no poder despegar
la sangre o la piel
cada espacio de silencio o calor
triste como este cansancio seco
de no saber dónde
el hilo termina de romperse

límites


uno vive en borrador, sí
y corrige con sangre
pablo milanesi



¿sobre qué cuerdas camina
quien se cae?

cada noche de insomnio es esa soga
que le teje el destino

¿sobre qué telarañas camina
quien se quiebra?

merodea puentes huérfanos de sol
trafica con las putas su tristeza
ruega al fin
con el deseo acuciante
de que llueva

y esta vez

pueda mirar sin asustarse
la madeja hilvanada
el nudo que se desliza en la soga

danzas de la muerte

hundirse en la herida animal
tragar las astillas de la noche
¿es otra cacería?
¿regresa el tedio mordiendo mis huellas?

la culpa es un ciego animal de costumbre
una bestia de carga

los muertos queridos
velan las sombras a mi lado
olga se envuelve en la arena de un tango
el abuelo vuelve a barajar
"en el amor se gana y se pierde a la vez"
sentencia
pero corta de mano

mi viejo
el azúcar en el mate hasta más de la mitad
“que para amarga está la vida, che”
suena colombina en la radio spica que pablo
metió una vez bajo la ducha

el tiempo se detiene
las luces dejan de brillar
se desvanecen las siluetas

llevo en andas el fardo insomne del cuerpo
y lo arrullo despacio
en la selva perdida de tu voz

blímele


hiciste bien en morir
por eso te hablo, por eso me confío
a una niña monstruo

alejandra pizarnik



vienen los ecos de la noche
a mordernos la espalda
no es tu boca la que me llama
y me dejo llevar
roban mi nombre de tormentas
cuelgan mi cara de la máscara ausente
pero el dolor es azul
y la palabra
es la reina loca
que protege su corona de la lluvia

habitación a oscuras

construye su casa
con la carne del sueño
la bella
tiene una piedra verde
para trazar el sol
en lugar de su cuerpo
es una madreselva la que trepa por el
ojo dormido del amante
y si después
todo
enmudece
sería mejor quebrar de a uno sus rumores

por la mirilla del océano
su vestido retoza
en la húmeda intimidad del silencio

casi una profecía



a cada instante el amor hace añicos un millar de tazones, a cada momento cose y rasga un millar de prendas
yalal al - din rumi




lo sabemos
el pie del gigante
pronto romperá las tormentas
los días arrancarán mi nombre
con la mano de la tristeza
que es la mano de un dios desconocido
y sin creyentes

eso no importa ahora
cuando estás por llegar y se pulen
los herrajes del sol
ahora que el sueño es leve como tus ojos
y todo lo que soy te pertenece

el gigante corazón de costumbre
se robará mi nombre
y sabrá de este tiempo

baguala



tu silenziu disparta lus gritus dil mundu
juan gelman


el silencio cae
llorando
debajo de mi sangre
nada sé de tus ojos
el tiempo se estira
y me obliga a durar
con todas estas palabras
pegadas al sueño
y la gente pasa
en películas mudas

saudade


y esa tristeza de hilo
blanco para hacer pañuelos
federico garcía lorca



el viento de una palabra en mi boca
casi disfruto este dolor
es algo que decir
es no estar muerta
la desnuda canta y se mira las manos
corre con un mar espeso en el corazón

¿quién soy? va tatuando en sus huellas una misma pregunta
¿quién escribe? interroga la avidez de su saliva
antes de estallar en invierno

alguien olvidó las llaves de su piel
incendiaron esos ojos en ruinas
a modo de plegaria


travesía


¿conoce usted paisajes pintados en los vidrios?
raúl gonzález tuñón

cruzo
tu nombre
como un barco en llamas
el sol hiere mis ojos
que no saben dormir
me pregunto
si no estaremos muertos
detrás de las máscaras
si el amor
es un pájaro pintado sobre
un vidrio
o una especie
de verdad
que sangra

IV
doméstica


a pacha, tía nancy
y otras mujeres aladas
adormidera
a mamá que supo salir ilesa


despegar los dedos del silencio
dejar caer las vendas
caminar
respirar lo que duele
amasar la tristeza
la escritura inerte
obstinadamente vacía
repetida
cursi
la inocencia o el silencio que te traga
mirar levemente al mundo
indulgentes
desesperadamente amables
planchando al compás de la novela
despegar los dedos del silencio
dejar caer las vendas
caminar
respirar lo que duele
amasar la tristeza
la escritura inerte
obstinadamente vacía
repetida
cursi
la inocencia o el silencio que te traga
mirar levemente al mundo
indulgentes
desesperadamente amables
planchando al compás de la novela
despegar los dedos del silencio
dejar caer las vendas
caminar
respirar lo que duele
amasar la tristeza
la escritura inerte
obstinadamente vacía
repetida
cursi
la inocencia o el silencio que te traga

las visitas

a graciela correa

la casa se aquieta cuando llega la noche
duermen las bicicletas infantiles
una mano secreta le enjuaga la costumbre
termina de pintarse las uñas
juega a que se transforma
pone música se sirve un vaso de licor

nadie va a venir
de llegar
no va a quedarse

termina por si acaso de juntar los juguetes
pasos afuera
suenan golpes en la puerta de al lado

nadie va a venir
de llegar
no va a quedarse

descubre una mancha en el vestido
la heladera retoma su letanía interminable
y ella intuye
algo se quema y no es en la cocina
algo se pudre entre las cuatro paredes de su cuerpo

nadie viene
los pasos se despintan
las cuatro esquinas de la piel
duermen despeinadas

la visita la sed únicamente
y ella se desprende el camisón

k ‘at (la red)



perfumes que crecen en la sombra
atacan en oleajes como el sueño
palabras petrificadas por mirar hacia atrás
soy la red en la que estoy sumergida
la carnada y el pez

cruzo el fuego con la sangre furiosa de besos
cruzo el río vestida de papel
se vuelve lluvia lo que toco delante de mis ojos
lo que miro cambia de color

¿de qué trabaja el miedo que zumba con el viento?
¿quién le paga?
¿viene con la voz arrastrada a inyectarme veneno?
como si este racimo de sombras pudiera responderme

en el fondo del mar todo es de piedra
cien cuchillos galopan en la resaca del poema
los días están hechos de llaves herrumbradas
plumas perdidas muelles rotos
laberintos donde todas las puertas echan sal en la herida

desnudeces

intento palabras que crucen el laberinto
es otro cielo y recorro a ciegas un paisaje recién pintado
asomo a mi propia desnudez
a la danza crepitante de tu cuerpo y el mío
al fin uno

(también he bailado con la muerte
en pálidas salas de hospitales
acunando a mi padre pero de eso no hablo)

ahora corren tras de mí las mujeres que fui
la niña de los animales de papel
la tatuada con las ramas del sol
la que espía dentro de la música
la que no abre los ojos porque sabe que no hay ya que mirar
todo es huir

detenerse es aprender a mirar
sobre la nada

hundo mis dedos en tu piel
hembra desbocada en la marea
nos navegamos
tus ojos vienen del mar

mar inasible

cuenco vacío de mis manos

anillo

es sólo un nombre
suavemente
roído por la tarde

antes
(cuando sobraba tiempo)
su cuerpo era una ventana

no quiero hablar
de rituales perdidos

afuera
mi nombre se mece en las llamas
de tu cuerpo

el cuerpo ausente
y el sabor amargo de la niebla

mudanza 1

sucede

los libros la música cuadros
que descolgar

como descuelgo el silencio
el vacío donde se pierde
tu voz
que caía como una cascada
para mí
que no sabía del mar

así
los últimos gestos
el beso del dolor
ahuecado como un pájaro gris

hace frío en vos

mudanza 2

cumplir con los rituales del desalojo
a saber:

vaciar los ceniceros
estirar la ropa en el placard
sacar de una vez por todas la tv del cuarto
(basta de fotos felices por favor
que no me dejan respirar)

la mesa de luz poblada
de todo lo que tengo que leer
de todo lo que tengo que escribir
I ching runas y tarot para emergencias del insomnio

vuelvo a la radio a la nocturnidad
aumento el consumo de internet

para que la casa no respire las huellas de tu espalda
y mis manos dormidas no giren en esta cama de hielo
despierto al amanecer
en ese instante de breve fulgor soy vulnerable
cruzaría todo el desamor para ver tu sonrisa

luego recuerdo quién soy
qué cosas no quiero nunca más
arrastro el cuerpo hasta la ducha
empiezo a despertar

abrigos


a kuqui negri

sigue lloviendo viejo
pasa el tiempo y todavía no
las palabras no se juntan con tu muerte
mi vida no se junta con tu muerte
no hay caso
vi una granadina en el supermercado
los cigarrillos nevada en un kiosco de uruguay
cosas así
me preocupo especialmente de recordar tu voz
la llevo cerca como un abrigo que pudiese perder
sale tu voz a cubrirme porque es tarde
y estoy con las manos heladas tratando de escribir
desandando la pena
desanudando
desnudando
desnuda
des
o
sed
de vos

y lo otro

nieve
o dolor de haber hablado
cubriendo los días con palabras secas
sinsentidos-justificaciones-psicologías-
filosofoantropolíticamente hablando ¿entendés?
paredes cada vez más altas
menos poder llorar menos abrazo menos piel
la resaca sube en pequeños oleajes
o se derrite al sol
posibilidades de echar esta vida a andar
el amor:
"esa lluvia que te deja estaqueado en mitad del patio"
o
esa estocada
esa mitad
palabra seca

gritos

esta cárcel de huesos
es carne cruda lo que amaba
sal en los ojos
agua sucia en el alma

monedas falsas
dientes de oro
gitana
la casa que sembramos se secó
el cielo estaba pintado en la pared

me sacudo la anestesia me descoso la boca
corre un hilo de sangre
acabo de parir

de bueyes y mariposas

onde queres descanso sou desejo
e onde sou só desejo queres nao
caetano veloso


deslizo un dedo azul sobre los muros de tu caverna
entro a tu boca en puntas de pie
hundida en tu pecho respiro
tanto mar
agua que no he de beber
(porque no tendremos un perro ni jazmines en el patio
ni platos que lavar)

lejos
el gran tajo del mundo
funcionarios de la mezquindad
archivistas del tedio
asesinos de mariposas

me dejás jugar
el sol lustra las tazas de café
y este amor es así
dibujos sobre vidrios empañados
manos-mariposas
vientos celestes
danza
nave a contraluz
tierra mojada
aire espeso

fuego

una vida con flores de papel
trenes a cualquier parte
un refugio de talismanes
para no sangrar